Lugares con encanto

Pozo Negro

Pozo Negro

Este enclave solitario destaca por su playa de arena oscura, su historia ancestral y su ambiente marinero, ideal para quienes buscan tranquilidad y naturaleza.

Solitaria, marinera, volcánica…

En la costa Este majorera, entre Las Salinas y Gran Tarajal, se encuentra la playa de Pozo Negro, atípica en Fuerteventura por ser de arena oscura y callaos, y singular por culminar un amplio y extenso valle, uno de los accidentes hidrográficos más importantes del municipio de Antigua. Este Valle se encuentra tapizado de un espectacular malpaís, colada volcánica nacida hace milenios de las calderas de Liria y de La Laguna, situadas más hacia el interior. La playa de Pozo Negro es tranquila, gusta por su ambiente solitario y marinero –apenas recibe turistas-, tiene dos restaurantes a pie de costa, y es generalmente apta para el baño. También cuenta con una zona de acampada municipal, con habitáculos para casetas y caravanas, y un albergue con capacidad para 60 personas.

Un enclave cargado de historia

Las primeras referencias históricas sobre Pozo Negro datan de la conquista, hace casi 600 años. Es un puerto natural resguardado de los embates de la mar, que se utilizó como embarcadero de personas y mercancías, ubicado en una zona que estuvo habitada desde antes de la llegada de los conquistadores. Desde la carretera de acceso, la FV-420, está el desvío hacia el Poblado de La Atalayita, el núcleo aborigen más importante de la isla –cuenta con 115 estructuras-, y actualmente integrado en la Red Insular de Centros y Museos. La riqueza etnográfica de esta zona se evidencia también con la presencia de gambuesas (corrales aborígenes para la ganadería y el pastoreo), aljibes y pozos de agua.